
A veces da miedo quedarse a solas y en silencio con una misma, ¿verdad?
Y, sin embargo, escucharnos y ser conscientes de nuestras necesidades es fundamental para honrarnos y cuidarnos.
Cuando nos prestamos atención a nosotras mismas sin juzgarnos somos capaces de tomar decisiones que están en auténtica sintonía con nuestro ser y nuestras metas. No es un proceso sencillo ni inmediato, ya que tenemos que tirar abajo todas las barreras y condiciones sociales que se nos van inculcando desde que somos muy pequeñas.
Al escucharte y comprender qué necesitas de verdad (y no qué te viene bien «como paliativo»), comenzarás a actuar en consecuencia y ganarás en salud. Podrás enfocar tus planes y tu autocuidado en lo que de verdad te funciona a ti, con la menor influencia posible del mundo exterior. Cuando entras en este proceso de conocimiento personal e íntimo empezarás a ser capaz de alejarte de los pensamientos y comportamientos adquiridos, que en verdad no te benefician ni se alinean con quién eres.
Escucharte a ti misma desde un espacio de valor y respeto te ayuda a reconciliarte con aquello que te atormenta y, desde ahí, construir una seguridad sólida y honesta en ti misma. A cada paso que des, a cada error que aceptes y a cada acierto que asumas como propio estarás más cerca de ser tú misma y de amarte en el proceso. Recuerda que la seguridad que tienes y demuestras es un reflejo de tu autoestima y de cómo te percibes. Y es que lo que llevas dentro se refleja, inevitablemente, hacia afuera.
[…] energía para las cosas más cotidianas. Es frustrante sentirse débil, aunque objetivamente sea consciente de a qué se debe este cansancio […]
[…] Establece una rutina para las mañanas y otra para las noches, así no tendrás que improvisar en momentos tan críticos del día como la mañana (que solemos ir con prisa y medio adormiladas) o la noche (que acumulamos el cansancio de la jornada). En la misma línea, permite que estas rutinas cambien cuando lo hagan otras condiciones de tu vida (por ejemplo, de vacaciones, con la llegada a casa de una mascota o al empezar un nuevo trabajo). Se trata de facilitarte el día a día, no de ser tan estricto que no puedas disfrutar de esos momentos. En mi caso, por la mañana en los días laborables sigo una rutina de aseo-vestirme-desayunar-maquillarme desde hace mucho tiempo, pero los fines de semana y cuando estoy de vacaciones me permito improvisar según lo que me pida el cuerpo. […]