
Desde que empecé a planificar la celebración del primer cumpleaños de mi pequeño, he escuchado a muchas personas decir: «Pero si no se va a acordar». Y eso me hizo reflexionar sobre el propósito detrás de esta celebración.
No me entristece que mi bebé no recuerde su primer cumpleaños; lo que me da pena es la perspectiva de que un cumpleaños infantil solo es que el niño esté contento o lo recuerde en el futuro. ¿Recuerdas tus primeros cumpleaños? Yo no, pero sí guardo imágenes y sensaciones que perduran en mi memoria.
Tengo fragmentos de recuerdos de cumpleaños en los años 90, a los que mi abuela llegaba con una tarta, mi madre reciclaba la piñata de un año a otro, y yo recibía regalos que aún conservo, como la postal de Pinocho o la camiseta de Michael Jackson. Me acuerdo de los vestidos con lazos a la espalda, de las risas, y de sentirme querida y protegida, incluso cuando me iba a dormir y escuchaba la risa de los adultos en la azotea a la hora a la que los otros niños se habían ido a casa. Aunque estos recuerdos de cumpleaños se mezclen en mi mente, siguen siendo especiales.
Ahora, al celebrar el primer cumpleaños de mi hijo, me reafirmo en que no se trata solo de crear recuerdos para él, sino de brindarle experiencias valiosas. Al hacerlo, estamos contribuyendo a su desarrollo, ¡te cuento cómo!
- Sentimiento de pertenencia: Al ser el centro de atención en su cumpleaños, el niño se siente querido, apreciado y especial, ¡lo recuerde o no cuando sea mayor!
- Desarrollo emocional: Las experiencias positivas, como celebrar su primer cumpleaños, aunque no las recuerde, contribuyen al desarrollo de sus emociones. Los niños absorben la alegría y el amor que los rodea, lo que moldea su capacidad para experimentar y expresar emociones de manera saludable.
- Socialización: Celebrar con amigos y familiares le brinda la oportunidad de interactuar con personas fuera de su núcleo familiar más estrecho, es decir, de su padre y de mí. Esto les ayuda a desarrollar habilidades sociales desde una edad temprana.
- Crecimiento personal: Aunque los niños pequeños no recuerden eventos específicos, las experiencias positivas enriquecen su vida y fomentan un crecimiento personal saludable. Estas experiencias influyen en su autoconcepto y autoestima.
- Creación de tradiciones familiares: Las celebraciones familiares, como los cumpleaños, crean tradiciones que fortalecen los lazos familiares y proporcionan un sentido de continuidad y pertenencia a lo largo de la vida.
Mi niño no recordará su primer cumpleaños, pero lo celebrará rodeado de su familia. En realidad, todos los que quepan en el salón de casa de mis padres estarán allí, porque en nuestra casa no hay espacio para una reunión de este tamaño, hay que admitirlo. En su primer cumpleaños, mi bebé será el centro de atención en un día dedicado a celebrar su existencia. Y aunque no recuerde este día, nosotros lo haremos. Tomaremos muchas fotos y vídeos, para que en el futuro pueda verlos y decir: «Esto fue cuando cumplí un año».
Agradezco a quienes me recuerdan que mi hijo no tendrá recuerdos de este momento pero, en realidad, esa no es la idea. La verdadera intención es compartir una tarde llena de amor y darle una experiencia inolvidable. Con esta celebración, le estamos regalando el cariño y la compañía de su familia, lo cual va más allá de lo que permanezca en su memoria o no. Estamos creando un ambiente cálido y amoroso que marcará la pauta para su crecimiento y desarrollo futuro. La celebración de su primer cumpleaños es un testimonio de amor y cariño que perdurará en nosotros, incluso si los detalles se desvanecen en sus recuerdos.